domingo, 28 de noviembre de 2010

Fisioterapia y discapacidad

Desde el punto de vista de la discapacidad podemos diferenciar la discapacidad física, como puede ser una hemiparesia o simplemente una intervención quirúrgica que no ha restituido completamente la función que antes tenía un brazo. En estos casos, la mayoría de afectados acude a las clínicas privadas de fisioterapeutas conocidos, recomendados, o a los que tienen la suerte de trabajar en la seguridad social. Por otra parte podemos encontrar personas con discapacidad psíquica y otras que combinen la discapacidad psíquica con algún tipo de discapacidad física. En este último caso entra el trabajo del fisioterapeuta de una residencia, centro de día, centro ocupacional, que dentro de los objetivos específicos que se marque con cada uno de los usuarios, va a existir un objetivo general y común para todos; la minimización de los efectos que le produzca su discapacidad por medio de la terapia, para que consiga la máxima integración social y se pueda desenvolver de la forma más autónoma dentro del medio (muchas veces con abundantes barreras arquitectónicas y no arquitectónicas) en el que vive, para poder ejercer sus derechos plenamente. Todo este trabajo esta coordinado con los diferentes profesionales que trabajan en cada institución para conseguir la tan ansiada integración social que se busca para las personas con discapacidad intelectual.